Esto se convirtió en el principio de Pareto o ley del 80:20, concepto que se aplica al mundo empresarial - en logística, ventas, etc - siendo, en este caso, traducido como: el 20% de los productos generan el 80% de la facturación.
Si lo aplicamos al corazón, ¿puede el 80% de nuestra felicidad provenir de un 20% de "cosas" de nuestra vida?
Si la respuesta es afirmativa, no dejéis escapar ese 20%...